Camaras deportivas
Cámaras deportivas, el complemento ideal para registrar tus experiencias.
Desde hace unos pocos años hasta ahora, las cámaras deportivas han pasado de ser algo excepcional de ver en cualquier deporte, a algo habitual, especialmente en deportes como el rafting, piragüismo, ciclismo de montaña, escalada, surf… Gracias a ellas podremos grabar y fotografiar sin ningún tipo de problema nuestra experiencia para revivirla posteriormente, compartirla o, si entrenamos a un nivel exigente, analizar diferentes aspectos.
La aparición en el mercado de nuevos modelos a unos precios realmente imbatibles ha hecho aumentar su fama, ya que, por “poco” dinero podemos adquirir modelos con unas características sorprendentes en relación a su precio, si, por el contrario, el presupuesto no es nuestro mayor problema, existen modelos que ofrecen la tecnología y calidad más puntera del mercado.
Como características propias de este tipo de cámaras encontramos, en primer lugar, su reducido tamaño. Lo habitual es que no midan más de 7-8 cm de largo y 4-5 de ancho, ya que son aparatos pensados para poder llevarlos encima, bien sea sujetas a un casco, a un arnés, a un soporte acoplado en la bicicleta, tabla de surf…además de ser ligeras, deben hacerse notar lo menos posible.
Otra característica que presentan es su resistencia, si con una cámara fotográfica debemos estar preocupándonos constantemente de darle un trato delicado libre de golpes, fuertes vibraciones o caídas, y más durante una actividad deportiva, con este tipo de cámaras esto ha dejado de ser una preocupación, aguantan perfectamente un uso más agresivo, soportan pequeños y moderados golpes (son resistentes… ¡pero no indestructibles!) y, además, son sumergibles, ya que la mayoría de modelos se comercializan con una carcasa exterior accesoria transparente que nos permitirá introducirla en el agua hasta varios metros de profundidad, también, gracias a esta carcasa la cámara será mucho más resistente frente a golpes y polvo o arena que pudiera haber en el ambiente.
Como hemos dicho antes, estas cámaras son de reducido tamaño, pero ello no quiere decir que la calidad de imagen y vídeo que son capaces de capturar sea de pésima calidad, al contrario, son capaces de grabar en calidad FHD.
Algunos modelos, ya graban en calidad 4K UHD. Obtendremos grabaciones de calidad pese a su pequeño tamaño.
Algunos modelos disponen de WiFi, gracias a ello podremos ver en la pantalla de nuestro smartphone y en tiempo real lo que está grabando nuestra cámara, además de poder controlarla y configurarla.
Dependiendo del uso y características que necesitemos, encontramos diferentes modelos a diferentes precios, como todo, a más azúcar, más dulce, y, normalmente, más caro, el rango de precios oscila entre los 70-80 euros hasta los 450 aproximadamente. Los modelos más económicos serán más que suficiente para aquellas personas que vayan a darle un uso ocasional o puntual, grabarán en calidad FHD y serán capaces de realizar fotografías de hasta 12 o 14 Mpx. Deberemos valorar cuanto vamos a usar la cámara para saber si compensa realizar un mayor desembolso, si creemos que vamos a darle un uso intensivo durante bastante tiempo o necesitemos analizar aspectos y parámetros relativos al entrenamiento (bien sean los nuestros o porque seamos entrenadores en cualquier disciplina deportiva) quizá debamos buscar un modelo que sea capaz de grabar en 4K.
El deporte que vayamos a practicar va a influir en que descartemos ciertos modelos, por ejemplo, si practicamos windsurf, obviamente descartaremos los modelos que no cuenten en su catálogo de accesorios una carcasa que permita acoplarse a la cámara para hermetizarla y sumergirla, raro es el modelo que no dispone de esta carcasa, pero algunas la traen incluida como accesorio y en otras hay que adquirirlo por separado.
Los accesorios disponibles no se limitan sólo a la carcasa acuática, muchas marcas disponen de un amplio catálogo que incluye, entre otros, baterías, autodisparadores, soportes para diferentes superficies y elementos…