El ping pong o tenis de mesa

A la hora de decantarnos por practicar un deporte de raqueta existen numerosas opciones, tenis, frontón, bádminton, el pádel tan de moda en la actualidad… pero sin duda, uno de los que requieren menos espacio y que asegura mucha diversión es el ping pong, también llamado tenis de mesa, y que además es deporte olímpico desde el año 1988.

Como su nombre indica, se trata de disputar una partida similar al tenis sobre una mesa no mucho más grande que la que se puede encontrar en cualquier comedor de una casa. Evidentemente esta mesa cumple con una serie de características que la hacen apta para practicarlo.

Este curioso deporte nació en Inglaterra, alrededor del año 1870, y como se puede suponer, deriva del tenis. Desde entonces ha ido evolucionando tanto en el apartado técnico como en el material utilizado (raquetas y pelota).

La mesa de juego

La superficie de esta mesa puede ser de cualquier material, pero debe cumplir que si dejamos caer la pelota desde una altura de 30 cm, esta debe realizar un bote uniforme de al menos 22 o 23 cm, además el color ha de ser oscuro y mate.

Las medidas son 2,74 metros de longitud y 1,52 metros de anchura, situada a una elevación desde el suelo de 76 cm. Los bordes están recorridos por una línea blanca de 2 cm de ancho y la mesa está dividida de manera transversal por una red. Existirá también una línea blanca que dividirá la superficie en dos mitades iguales de manera longitudinal y que se emplea para las partidas de dobles o parejas.

La pelota

La pelota tendrá un diámetro de 40 mm y pesará 2,7 gramos, siendo de un material similar al plástico o celuloide. En partidas oficiales será de color blanco o naranja. Inicialmente la medida de la pelota era de 36 mm de diámetro, lo que suponía mayor velocidad de juego, pero a partir de las olimpiadas de Sídney 2000 se utiliza la medida de 40 mm.

La raqueta

Para el golpeo de la pelota se emplean unas pequeñas raquetas de forma similar a las palas de playa. La superficie de estas raquetas ha de ser plana y rígida, y al menos el 85 % del grosor ha de ser madera, el resto pertenecerá al recubrimiento de goma de las superficie, siendo un lado de color negro y el otro rojo.

 

La partida

Se puede disputar a dobles o individuales. Cada dos tantos anotados se cambia de jugador o pareja que realiza el saque.

Cuando  la partida se disputa en parejas, uno de los integrantes es el que realiza el saque (el servidor) y la pareja contraria debe decidir quien de los dos es el que va a recibir este saque (el receptor). Una vez finalizado el juego, al comienzo del siguiente los papeles se invierten y el primer servidor pasará a ser receptor y el primer receptor será el que sirva.

Una vez comenzado el juego, los jugadores de cada pareja deben golpear alternativamente la pelota, primero uno y luego el otro. El saque se realiza cruzado desde el lado derecho del jugador que sirve hacia el lado derecho del jugador contrario que ha de recibir el saque, y se permite que la pelota bote en la línea central.

Se gana un juego cuando se llega a los 11 puntos, en caso de empatar a 10 ganará el juego el jugador o pareja que consiga una diferencia de 2 puntos. La partida la ganará el jugador o pareja que antes alcance el número impar de juegos establecido que debe durar la partida.

 

El saque o servicio

Para realizar el saque se lanza la pelota verticalmente hacia arriba y a una altura de al menos 16 cm desde donde había quedado la palma de la mano. En el momento que está descendiendo se golpea con la raqueta de manera que primero bote en el medio campo derecho propio y después en el medio campo derecho del jugador o pareja contraria. El saque quedará anulado si se incumple lo anterior o si la pelota toca la red.

Como se puede observar, las reglas no son complicadas de memorizar y se trata de un deporte que puede practicar casi cualquier persona, sin importar edad o condición física, y que además resulta de los más divertido.

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